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El concepto "personalidad" tiene su origen en el término "persona", que era como se llamaba en el latín clásico a la máscara que usaban los actores y actrices en las representaciones teatrales. Conocer el origen de esta palabra nos puede dar una idea de hacia dónde ha evolucionado esta palabra hasta lo que conocemos hoy en día por "personalidad".

Este término es muy utilizado en nuestro lenguaje cotidiano de forma habitual y todos entendemos qué es la personalidad, pero ésta puede ser descrita desde muy diferentes puntos de vista. Podemos encontrar diversas definiciones de la misma según las fuentes que consultemos. Precisamente de encontrar el por qué las personas nos comportamos de forma similar ante distintas situaciones, o de manera diferente en situaciones similares, es de lo que se encarga de investigar la psicología de la personalidad. Ésta busca conocer por qué nos comportamos de determinada manera, por qué somos diferentes, cómo cambia nuestro comportamiento según nuestra experiencia o cómo afectan determinados factores a nuestra forma de ser, pensar, sentir y entender todo lo que nos rodea.

Según diferentes autores, la personalidad podría definirse como el conjunto de pensamientos, sentimientos y conducta que forma parte de cada uno de nosotros, que se desarrolla en parte por la influencia genética, y en parte por la influencia ambiental y de todos los contextos que nos rodean. En el desarrollo de la personalidad influyen tanto agentes internos como agentes externos. Entre los internos podríamos citar la herencia genética y la forma en la que ésta se expresa, y elementos individuales como las motivaciones, decisiones y metas que cada uno vaya eligiendo. Como agentes externos destacaríamos todos aquellos elementos sociales y contextuales con los que nos iremos relacionando a lo largo de la vida: familia, amigos, educación, cultura, sociedad, etc. Todas estas dimensiones irán determinando nuestra forma de entender el mundo, de relacionarnos con él y, en definitiva, de pensar, sentir y actuar. Este patrón que caracteriza nuestra forma de ser será relativamente estable a lo largo del tiempo y de las situaciones; es decir, nos comportaremos de una forma similar en diferentes contextos. Sin embargo, hay elementos que influirán en que, a veces, nuestro comportamiento varíe ligeramente, así como nuestros pensamientos o forma de sentir.

Por tanto, podríamos decir que la personalidad es un concepto que engloba toda nuestra forma de entender y de responder a nuestro entorno, tanto externa como internamente, que es única en cada uno de nosotros, que intenta adaptarse a las circunstancias en las que estamos, y que es relativamente estable en el tiempo y en los contextos.

Sin embargo, sabemos que hay algunos elementos que pueden influir en la forma en la que nos comportamos y sentimos, es decir, en la variabilidad de nuestra conducta. Estos factores se considera que son cambiantes, más determinados por el contexto inmediato del individuo, aunque también influyen en el desarrollo de la personalidad y, por tanto, en el comportamiento de las personas. No siempre reaccionamos de la misma manera aunque las situaciones sean similares, o no en todas las circunstancias pensamos lo mismo, y a lo largo del tiempo evolucio­naremos y cambiará nuestra forma de relacionarnos y de percibir el ambiente que nos rodea.

Algunos de estos elementos son el autoconcepto, la motivación, las expectativas, las metas, la Interpretación que se hace de las situaciones, etc. Es por ello que podemos afirmar que no existen dos personalidades iguales; ya que como podemos observar, en cada persona van a Influir tanto sus patrones genéticos como sus circunstancias personales, culturales, educacionales y ambientales. Como podemos apreciar, son multitud de elementos los que Influyen en nuestra forma de ser.

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